EL DÍA ESTÁ TERMINANDO.

Qué forma más tonta de perder el tiempo, o no. Tonta e inútil, o no. ¡Todo es tan relativo! De todo aquello de lo que no se saca provecha alguno solemos decir que es tonto o inútil.
Hoy ha sido un día más. Hay días de una gran levedad , otros pesan como una losa, la mayoría son pura rutina. En estos momentos mi mente está confusa, ya que estoy escribiendo sobre un papel en el que ya he escrito mil veces y mil veces he borrado. No es , por tanto un papel inmaculado, es una papel en el que quedan trazos de mil días anteriores, historias olvidadas, historias imposibles de olvidar. Todo ello contenido en un trozo de papel, en el que quedan los rastros de toda una vida. Un papel que de tanto usarlo se ha convertido en una maraña de signos indescifrables, reflejo de mi propia vida, imagen de mí mismo. Uno no puede por menos que preguntarse hasta qué punto uno es lo que cree ser. A veces pienso que lo que uno cree ser es una falacia, algo virtual, algo irreal, que sólo existe en mi mente. Y que mi verdadero yo está en la imagen que se proyecta hacia los demás, de forma que uno existe en función de los demás.
Bueno, ya he desvariado un poco. Mañana será un día más y que pasará como ha pasado éste y miles y miles más. Pasará delante de nuestros ojos, sin que podamos hacer nada por impedir su paso, sin conseguir que se detenga, ni tan sólo una milésima de segundo. Lo veremos pasar impotentes, y nos dejaremos llevar por su inercia, por el rebufo del vacío que va dejando tras sí.