Está resultando una semana un tanto atípica. Lejos de lo que esperaba el tiempo está muy inestable. La tarde se ha estropeado y aquí estamos recluidos sin ganas de salir a ningún sitio. La mañana estuvo bien, pudimos practicar senderismo bordeando la costa, pasando por diversas calas, hasta llegar a un pequeño puerto. Luego pudimos disfrutar de la playa hasta la una.
El paisaje es bonito, comenzando el itinerario en el paseo marítimo de la playa de la Fossa. Terminado el paseo tomamos un estrecho sendero de tierra, bordeando la abrupta costa. Una baranda de madera proteje al caminante de posibles accidentes, ya que se camina al filo de los acantilados. Durante el recorrido encontramos al acceso a dos calas, de aguas cristalinas y con apenas dos o tres personas. Al final nos encontramos con un pequeño puerto y ahí dimos la vuelta. Algo más de media hora de retorno.
Una ruta que lleva implicita salud y belleza.
ResponderEliminarUn abrazo