Han pasado los años, sin sentirlo,
perforando la piedra, gota a gota,
sin percatarse de ello los sentidos,
segundo tras segundo, hora a hora.
Camina el tiempo y enfila su destino,
sin pausa, sin descanso, sin demora,
y el bebé se ha convertido en niño
de una vitalidad arrolladora.
Su yo va recorriendo su camino,
forjando su carácter, su persona.
Sus diminutos pasos yo los sigo,
viendo como su vida evoluciona.
Su mente va llenando con sigilo
de palabras de frases y de formas.
De par en par abiertos los sentidos,
absorbiéndolo todo cual esponja.
Acabando y ya casi concluido,
primer año de escuela acaba ahora.
¡En un año las cosas que ha aprendido!
¡Qué rápido pasó! Yo pienso ahora.
Y así pasa la vida, en un suspiro Enrique, pero qué larga es si somos capaces de disfrutar cada instante, cuánta magia nos deja la risa de los niños, su alegría, su entrega, su cariño.
ResponderEliminarFelicidades por tu poema, donde se palpa el amor por ese niño tan afortunado.
Un abrazo. (sigo con problemas para comentar)
Esperanza
Y así pasan los días y así pasan las horas .
ResponderEliminarCuando hablas de tu nieto pareces otro , uno tiene la sensación de que eres feliz.
Hermoso tu poema lleno de amor y filosofía.
Un abrazo