No se puede vivir con más empeño
el amor, si es amor lo que se siente;
el querer, si es querer lo que se tiene;
adoración, entrega y desapego.
El amor purifica como el fuego,
y como el fuego de la llama duele.
Una entrega constante te requiere
y convierte la vida en un anhelo.
Dejar no puedo de pronto de quererte.
Sufro por ti, aunque sufrir no quiero,
porque ya formas parte de mi suerte.
Estar contigo, contigo permanente,
buscar entre tus brazos el consuelo
que me cubra de paz eternamente.
Unos veros cálidos, y sentidos, los que has escrito, me gusta tu blog, y con tu permiso me quedo entre tus letras.
ResponderEliminarbellas y sensibles letras nos regala tu alma dulce de poeta, infinitas gracias por hacernos participes de ellas, un besin de esta amiga admiradora.
ResponderEliminarQué dulzura de poema amigo!! Me ha encantado...
ResponderEliminarSaludos, Pat
Te balanceas en la dulzura de los sentimientos dejando una huella de amor indeleble que tal como tú la expresas deberá permanecer hasta el fin de los tiempos.
ResponderEliminarMi beso y mi afecto, Enrique.