Éste es mi refugio, mi rincón, mi escondite. Aquí me encierro con mi soledad y doy rienda suelta a mis miedos, inquietudes, anhelos, esperanzas, desesperanzas. Aquí soy libre, sin ataduras, sin cadenas. Aquí soy yo mismo en mi más pura esencia. Todos los seres humanos tenemos miedo a mostrarnos como somos, o más bien a mostrar nuestra intimidad, que es una parte de nosotros. Sin embargo, en este medio, en el que quedamos expuestos como en un escaparate, y esa es la paradoja, somos capaces de mostrar nuestro sentir más profundo.
Debería dar gracias por tener lo que tengo, por ser quien soy, por tener a quien amar, por ser amado... Sin embargo, ¿por qué esta congoja, por qué este pesar casi permanente? No tengo derecho al lamento. Soy un ser afortunado. Desde que nacemos estamos condenados a morir , y desde ese instante, todo en nuestra vida son pluses. Así que voy a intentar poner en práctica esta idea, que por otra parte, he de confesar, que no es mía, sino de Stephen Hawking. Pero claro, él es un genio y yo un simple mortal que veo la vida a través de un canuto.