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lunes, 11 de abril de 2011

OPTIMISMO II




LA FUERZA QUE ABRE NUESTRA MENTE

“ Quienes se olvidan de sus teorías del bien y del mal y se concentran en conocer los hechos tienen más probabilidades de encontrar el bien que aquellos que ven el mundo a través de la lente deformada de sus prejuicios”
BERTRAND RUSSELL

Pocas cosas han hecho más daño a la humanidad que hacer dogma de fe de las ideas preconcebidas. Y así ha sido durante siglos, teniendo su momento álgido en la tenebrosa Edad Media. Cierto que el ser humano ha ido evolucionando desde sus orígenes, que ha ido progresando, muy lentamente al principio y vertiginosamente en la actualidad. Pero hubo una época en la que el tiempo pareció detenerse y donde los fantasmas del fanatismo desdibujaron la perspectiva que el ser humano tiene por naturaleza, cerrando las puertas del conocimiento y las naturales inquietudes inherentes al hombre, que son las que le han permitido progresar. Y los pocos que lo intentaron sufrieron la ira de ese fanatismo, pagando algunos con su vida la osadía de concentrarse en conocer los hechos. Esa lucha entre el espíritu abierto y la sinrazón nos costó siglos de tinieblas y enterrar en un profundo abismo las ideas de aquellos que no se resignaron a ver el mundo a través de la lente deformada de sus prejuicios. Y volvemos a recordar la cita de Hellen Keller :” Ningún pesimista ha descubierto el secreto de las estrellas, ni ha navegado por mares desconocidos, ni ha abierto una nueva puerta al espíritu humano”.
El optimismo es la fuerza que nos ha hecho progresar, es la fuerza que abre nuestra mente y hace libre nuestro espíritu. El creer en nuestras posibilidades, el afán por descubrir la verdad, la confianza en que podemos alcanzar nuevas metas, el darle sentido a nuestra vida, que no tiene por qué estar basado en grandes logros. El optimista parte de pequeñas cosas; pequeñas cosas que llenan grandes espacios, que nos satisfacen en plenitud, que nos permiten ver el futuro con la mirada clara y andar el camino gozando de ese recorrido que es el que da sentido a la vida.
El ser humano no necesita encontrar motivos para ser optimista, porque ya los tiene; no necesita inventarse razones para vivir, porque las lleva consigo; no necesita encontrar la luz que le guíe, porque él es la fuente de luz; no necesita de falsos artificios para ser feliz, para sentir la auténtica satisfacción, esa que no tiene fecha de caducidad.
Si el tiempo es relativo, la felicidad también lo es; pero en este caso, el ser humano puede manejar esa relatividad, dándole importancia a lo que realmente la tiene y el optimismo es el catalizador que nos va a permitir dominar la relatividad de las cosas.
Se dice que el optimista ve siempre la botella medio llena, y no es un tópico, puesto que él lo primero que hace es librarse de los prejuicios que lo atenazan y le impiden avanzar y se concentra en conocer los hechos.


©Enrique Gabaldón Celada

4 comentarios:

  1. Si piensas como un cristiano no piensas, si piensas como un comunista no piensas.No hay nada peor que estar adoctrinado, las doctrinas separan la acción común es lo que une , unidos por la acción el optimismo y el entusiasmo.
    Un abrazo

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  2. Me encanta ir descubriendo tus profundos conocimientos que según descubres, van inundando tus palabras de una viveza que no descubrí en los primeros textos.
    Enormemente agradecida a estas magíficas exposiciones, espero seguir encontrando siempre el vaso medio lleno en tu corazón.
    Un abrazo, Enrique.

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  3. Totalmente de acuerdo Andrés con el tema del adoctrinamiento. Hay que enseñar a los niños y jóvenes a pensar por sí mismos. Ese es uno de los fallos del sistema educativo.
    María, gracias. Lo único que hago es pensar en voz alta y escribirlo, lo cual me hace mucho bien.

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  4. Los adoctrinamientos deberían haber pasado ya a la historia. Ir conducidos -en masa- y si alguien sale del redil crucificarlo...
    Hemos llegado al siglo XXI. ¿O nó?.

    Saludos.

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