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sábado, 1 de octubre de 2011

EL FINAL DEL DÍA. AVILA, ENTRADA AL PARADOR.




EL FINAL DEL DÍA

Tengo sueño.
Mi frágil cerebro me pide descanso.
Se nubla mi mente,
mis párpados ceden al plomo pesado.
Y en un vano intento
de mantener abiertos los ojos cerrados,
se empaña mi vista,
y una bruma envuelve, de sueños buscados,
la larga vigilia
en que han terminado mis sueños dorados.



Dos de octubre de dos mil once

1 comentario:

  1. Enrique, para empezar ese-fotón ... Sin palabras.

    En el poema vas buscando el descanso, la serenidad de un día repleto de -impresiones fuertes- eligiendo para dormir soñar con la mejor de las vivencias...
    Si es así, te deseo muchos muchísimos días como este.

    Un abrazo.

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