El tiempo en Valencia

miércoles, 30 de marzo de 2011

DIARIO DE UNA SINRAZÓN



¿Qué os parece? Es el peaje que tenemos que pagar por seguir siendo socios de este club. ¿Cómo lo lleváis? Yo solamente sigo cuatro blogs, que por accidente los descubrí. El de Andrés y el de Pilar, casi al mismo tiempo y de rebote el de María y el de Isaura. Hay uno, que es el de Mati, que a veces me admite y a veces no. No lo entiendo. Todo esto viene a cuento de la pregunta que me hago con frecuencia y que ya he comentado alguna otra vez : ¿Qué pinto yo aquí? Para que me lean tengo que leer, para que me escuchen tengo que escuchar, para que me entiendan tengo que entender, para que me quieran tengo que querer.¡Ah! Esto se llama sociabilidad, a veces empatía. Bueno, pues resulta que yo soy un insociable. Me gusta la soledad, la melancolía, lo íntimo, lo profundo. Soy egoísta, egocéntrico, huraño, de hurón, que gusta de esconderse en su cueva.Al tiempo que escribo estoy pensando en lo que pensarán de mí lo que me lean, que son pocos. Bueno, mi mente se subleva, se ofusca, se emborrona. Escribo al dictado de la sinrazón. O al de la razón verdadera, que seguramente desconozco. Pido perdón por este galimatías, que sólo quiere reflejar un estado de ánimo. Mi mujer me dice que no entiende como puedo dedicar mi tiempo a expresar mis sentimientos ante personas desconocidas. Yo tampoco lo entiendo, pero es así. Si lo entendiera a lo mejor no lo haría. De todas formas, un diario aguanta todo lo que le echen. Hasta mañana, querido diario y gracias por aguantarme.

domingo, 27 de marzo de 2011

RAICES EN EL AIRE

RAICES EN EL AIRE



Max Aub decía: Uno es de donde hace el bachillerato. Y no le faltaba razón, aunque lo del bachillerato es una forma es establecer un intervalo de tiempo que va de los 10 a los 16 años.Y esta frase me ha dado pie a reflexiones de carácter personal y sentimental.
Al igual que me ocurrió a mí, salvando las distancias, Max Aub vivió en los más dispares lugares. Nació en París, de padre alemán y madre francesa, pero las circunstancias lo trajeron pronto a España, concretamente a Valencia, de cuya tierra se enamoró. Aquí hizo el bachillerato. Después de un interminable periplo, que acabó en México, como exiliado, volvió a España por primera vez en 1969. Fue en reencuentro agridulce, como suele suceder cuando ponemos el pie, después de muchos años, en un lugar que en tiempos formó parte de nosotros y que ahora lo encontramos irreconocible. De ese recuerdo agridulce dejó testimonio en su agudo e hiriente diario, la metáfora de la gallina ciega.


Mi caso en absoluto tiene que ver con el de Max Aub, su decepción fue sociológica, política e intelectual, en el mío se circunscribe exclusivamente al círculo de los sentimientos y de las emociones, sufriendo permanentemente ese geotropismo que no me abandonará hasta el final de mis días. También fue un periplo de pueblo en pueblo. Un sabor agridulde al poner los pies en ese pueblo, en el que encontré espacios distintos a los que dejé, en el que adiviné las irregularidades de tierra y piedras bajo las hoy asfaltadas calles, remodelados edificios, gentes diferentes, nuevos accesos, sólo la casa donde viví parece haber sobrevivido, en su exterior, al paso del tiempo;la tapia que saltaba pasadas las doce de la noche, el patio ajardinado convertido en parking de motos y coches oficiales, la terraza en la que me sentaba a traducir los textos de francés, el puente sobre el casi siempre seco río Palancia, la iglesia de los Santos Juanes y el campo de fútbol, antes de tierra y piedras y hoy cubierto de césped artificial.
Algunas especies vegetales, como el ficus, pueden emitir raíces desde las ramas y algunas orquídeas producen raíces aéreas, pero no por eso dejan de sufrir o estar sometidas a la fuerza de los tropismos, que al igual que en las plantas están presentes en nuestras vidas de manera continua e intensidad variable. Mis raíces nunca tocaron tierra, quedaron en el aire y en el aire siguen buscando con esa fuerza de la Naturaleza el lugar donde nunca pudieron afincarse.

sábado, 26 de marzo de 2011

DIARIO DE UNA RUTINA

El día ha amanecido tranquilo. Un día más. El sol me llamaba a través de las pequeñas rendijas de la persiana. Daba vueltas en la cama, inquieto, sin ganas de levantarme, tumbado boca abajo, apoyando la cabeza en la almohada hacia un lado y hacia otro, en asincrónicos movimientos, miraba el reloj con indiferencia. Era hora de levantarse y preparar el desayuno. El olor a café y el sonido de la exprimidora me acabaron de espabilar. Partí media docena de nueces con parsimonia, preparé la miel, la mermelada, los cereales y las galletas y puse la leche en el microondas.
Terminado el desayuno me enfundé el chándal y nos fuimos a dar el correspondiente paseo matinal.

Una hora caminando a buen ritmo para desentumecer la artrosis de la mente. Siguió la rutina de todos los sábados: la compra en el super, un rato con mi nieto en el parque y a preparar la comida.
La tarde fue perezosa, como todas. Un rato cuidando las plantas de la terraza, otro tanto frente a la computadora y la visita diaria a mi madre. La lectura la dejé para otro momento, que no llegó.
La noche se presenta confusa. Un repaso al correo, facebook, twiter y ahora utilizando mi blog como excusa para redactar mi diario. Triste y pobre balance del día. De todos los momentos me quedo con los que pasé con mi nieto y un propósito de enmienda: mañana comer un poco menos.

sábado, 19 de marzo de 2011

LA COMUNICACIÓN EN LOS ÚLTIMOS SESENTA AÑOS

LA COMUNICACIÓN EN LOS ÚLTIMOS SESENTA AÑOS

Eran los tiempos de la lumbre, el candil y una incipiente luz eléctrica. La sociedad , mayoritariamente rural se acomodaba alrededor del fuego, junto a la chimenea, sentados en bajas sillas de anea para practicar el ritual de las largas veladas de invierno: la conversación como forma de relación social. Eran momentos al calor del fuego y al calor del alma. Ese instante después de la cena, en el que la familia, a la que se solían agregar algunos convecinos, se reunía y conversaba animadamente sobre lo acontecido durante el día, la situación del campo, asuntos y chismorreos propios de los pueblos o sobre chascarrillos o recuerdos que las personas de más edad sacaban a relucir, tarde o temprano, inevitablemente, como el recurso final que el hombre tiene para reafirmar su existencia.

Pasaron los años. Las sillas de anea fueron sustituidas por sofás de eskay ,las chimeneas fueron desapareciendo y, la TV irrumpió con fuerza en los hogares dando paso al nuevo fenómeno social que, durante casi tres décadas, se adueñó de esas veladas y anuló, con su luminiscente pantalla catódica, cualquier atisbo de conversación. Después de la cena, la familia ya no se sentaba junto al fuego, sino frente a la TV, que se convirtió en el centro de las reuniones familiares. Este nuevo medio enmudeció a las personas, la familia había dejado de comunicarse.

Ha pasado el tiempo y la TV ha dejado de ser el fenómeno alrededor del cual se aglutinaba la familia. Hoy ha aparecido un nuevo fenómeno social que ha desbancado a la pequeña pantalla, que intenta sobrevivir emitiendo , mayoritariamente, programas basura. Las nuevas tecnologías han alcanzado su mayoría de edad y los chats, blogs y sobre todo las redes sociales han irrumpido con fuerza en el mundo actual. Las personas del siglo XXI se han encontrado con una forma ágil, rápida y cómoda de comunicarse. Ya no es necesario el contacto físico, el sentir la mirada, los gestos , los silencios elocuentes, las expresiones acaloradas de nuestros contertulios. La distancia ha dejado de ser un handicap. Ha nacido una nueva forma de relacionarse totalmente falta de calor humano y en la que el individuo, esta es la paradoja, necesita aislarse para comunicarse con los demás.

En sesenta años hemos pasado de conversar alrededor del fuego, a una falta de comunicación familiar frente a la TV y, sin solución de continuidad, a una comunicación hecha a golpe de bytes, que son las redes sociales. La primera, la más auténtica, la más humana. La segunda supuso el fin de la comunicación entre la familia y la tercera es una forma de relación artificial, pero fascinante y efectiva al mismo tiempo. Estemos atentos al futuro.

domingo, 13 de marzo de 2011

EL PASADO, UN ARMA DESTRUCTIVA



EL PASADO, UN ARMA DESTRUCTIVA.


Todos, alguna vez, pensamos o hablamos del pasado. Especialmente, según avanzamos en edad ,el hecho se hace más recurrente. Y esto sucede en todos los ámbitos de la vida, en el trabajo, con los compañeros; en el círculo de amigos, en reuniones familiares; y finalmente en la más profunda intimidad de nuestro subconsciente.
En los primeros casos, es un sano ejercicio de reafirmación de nuestra existencia, pero en el último, es un síntoma claro de la frustración que sentimos por el paso del tiempo. A veces añoramos tiempos felices. Esa añoranza tiene distintas motivaciones; la más inocente, la más inocua, la más sana, es aquella en la que evocamos momentos de nuestra vida desde la distancia, gozando de la satisfacción de los momentos vividos. La otra motivación es la más destructiva para nuestro ser actual. Evocamos momentos pasados, comparándolos con nuestra más o menos calamitosa, apreciación casi siempre más ficticia que real, situación actual . Siguen vigentes los versos de Jorge Manrique , cualquiera tiempo pasado fue mejor. Recordamos lo que hicimos y no deberíamos haber hecho y fundamentalmente, lo que no hicimos y deberíamos haber hecho, sintiéndonos culpables, fustigándonos sin piedad, mortificándonos de una manera inútil.
El pasado es inamovible, además ha quedado devaluado. Es el futuro el que tiene valor, y sobre todo el presente. Vivamos el presente, disfrutemos de lo que hoy tenemos y proyectemos hacia el futuro la esperanza y la ilusión que nos permita seguir viviendo.

Valencia, 13 de marzo de 2011

viernes, 11 de marzo de 2011

REFLEXIONES

Ciertamente, si tuviera que dar una definición de blog no sabría. Esto de bloguear no es para mí, como tampoco lo es el chatear. Posiblemente sea mi carácter introvertido, poco abierto y no muy sociable la causa. En cualquier caso, como habréis podido comprobar, mi blog es un pupurri, una mezcolanza de asuntos varios, desde poesía, fotos, vídeos, reflexiones, etc. No sé si continuaré mucho tiempo con mi blog activo, pero mi idea es que este medio, esta herramienta me sirva como un molde en el que vaciar mi día a día, reflexionar sobre lo acontecido y poco más. No sé si eso de las visitas recibidas me afecta o me interesa, supongo que sí. No sé explicar el por qué de ese suponer. ¿Qué ocurriría si nadie leyera nuestro blog? ¿Seguiríamos escribiendo? Posiblemente no. Por tanto deduzco que es una forma de alimentar nuestro ego, de afianzar nuestro yo, o la necesidad que todos tenemos de contarle a alguien nuestros más íntimos sentimientos, una especie de catarsis, una especie de complicidad con alguien desconocido. Esa es otra de las claves, en mi opinión, con alguien desconocido, al que no le debes nada, al que no tienes que darle explicaciones, que actúa como confesor, pero del cual no esperas ninguna absolución. En realidad no esperas nada de él. Eso sí, siempre desde el más absoluto respeto. Alguien que te dedica unos minutos de su tiempo merece todo el respeto y consideración. Espero que no se malinterpreten mis palabras. Son reflexiones sinceras, que ni tan siquiera sé si representan lo que siento. Quiero expresar sentimientos y mis palabras no consiguen ese objetivo. Los sentimientos son un latir acelerado del corazón y mis palabras no laten, no tienen vida, nacen ya muertas. Seguiremos intentándolo.

martes, 8 de marzo de 2011

SECUENCIA FOTOS PUESTA DE SOL (Pulsar aquí)


Esta es una secuencia de fotos realizada desde mi terraza, el 6 de marzo de 2011. Una prueba hecha de una forma un tanto anárquica, con la cámara no en una posición fija y variando algunos parámetros, lo cual no le da la cualidad de una verdadera secuencia, ni siquiera en el tiempo que transcurre entre instantánea e instantánea.