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viernes, 29 de abril de 2011

Hoy hago un pequeño comentario a la cita que incluí en mi última entrada. Bruno Bettelheim, como judío austriaco sufrió el internamiento en los campos de concentración nazis, a los cuales sobrevivió, lo cual puede dar a entender la cita que incluí el día de ayer. Él conocía por propia experiencia el significado del dolor, la calamidad y la angustia, y logró superarlos porque creía firmemente que todo ello pasaría.
Pero la realidad de la vida es más tozuda que la razón y termina por imponerse. De forma reiterada los humanos nos hacemos razonamientos que después, a la hora de la verdad,son superados por los acontecimientos. Teorizamos a la perfección, pero fallamos estrepitosamente a la hora de la práctica.
¿Por qué Bruno Bettelheim acabó suicidándose a pesar de esas palabras insufladas de optimismo? Pudiera ser que la razón no sea ni suficiente ni la única causa que mueve las acciones del ser humano. Hay algo más que forma parte de nuestra esencia. El hombre es mucho más complejo que eso, además de raciocinio somos portadores de sentimientos, y cuando hay enfrentamiento, éstos siempre superan a la razón.
Es posible que al final todo se reduzca a pura química y conexiones eléctricas; que un fallo en el sistema dé al traste con la estructura que la razón había construido. El mismo Bruno fue víctima de ello, sufrió depresión y se suicidó seis años después de que su esposa muriera de cáncer.

2 comentarios:

  1. sabias letras nos regalas , esta asturiana te da infinitas gracias por hacernos participes de ellas y te manda un besin muy grande.

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  2. Pues creo que tú lo has explicado bien, por un lado el poder de los sentimientos y por otro lado las reaciones quimicas que no siempre aún tomando parte los mismos elementos químicos, la presencia de un catalizador distinto hace que la reacción no sea la lógica.
    Un abrazo

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