Un blog donde la reflexiones del día a día tratan de buscar el sentido de la vida. En esta última entrada sobre el SOLSTICIO DE VERANO.
domingo, 6 de febrero de 2011
UN DÍA ESPLÉNDIDO
Esta mañana hemos ido a la playa. El día invitaba a ello.Un buen paseo bañando los pies en el agua fresca es reconfortante para el cuerpo y para el espíritu.
UN DÍA SOLEADO
El día se prometía soleado.
La mañana era fresca.
El sol, arrogantemente ensortijado,
llenaba el cielo de una luz intensa.
El día nos invitaba a acompañarlo.
El mar estaba en calma,
de diminutas olas salpicado.
Y el agua, surtiendo a borbotones,
inundaba la arena en su llegada.
De cristales de luz se iba llenando,
el agua transparente, inmaculada.
Amoratada piel me iba dejando,
al sumergir mis pies en sus entrañas.
El horizonte se dibujaba limpio,
entre un cielo y un mar que se abrazaban,
que se fundían en un amor eterno,
siendo testigo el sol, que los miraba.
Mis huellas en la arena iban quedando,
cubiertas por un mar que las borraba,
cual fósiles recuerdos del pasado,
anegadas en agua y olvidadas.
6 de febrero de 2011
© Enrique Gabaldón Celada
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Hermoso poema, hermoso día, ¡ya ves amigo Enrique ! a veces la vida nos trae buenas noticias: un cielo azul , un mar en calma .vida.
ResponderEliminarUn abrazo
Es una delicia encontrar un día tan maravilloso.
ResponderEliminarLa vida se extiende alrededor y se nos hace más limpia...
Un beso Enrique.