El miércoles, día 9, mi nieto Íker pasó el mediodía con nosotros.Lleva unos días que no está muy católico, y eso se nota fundamentalmente en la comida. Siempre ha comido muy bien, sin embargo, estos días está desganado. Se levanta de la mesa durante la comida, cosa que nunca ha hecho y ni siquiera pide la "sorpresa" que le tenemos reservada para el final.Por lo demás sigue con sus rutinas y hábitos. Después de comer tiene que leer "las palabras", y hojear algún cuento. En este caso es el de Teo en la nieve. Después tuvimos una conversación con él sobre el día de su cumpleaños. La conversación giró en torno a los regalos que quería. Fue una conversación muy graciosa, que grabé con el teléfono, en la que se estableció un tira y afloja sobre el número de regalos. Al final convinimos que serían sólo dos,un camión de bomberos y la tarta. El día 18 cumple cuatro años. Se va haciendo mayor.Me produce nostalgia recordar cuando, siendo un bebé de meses, le cantaba "Los cinco lobitos" y él, con su alegre mirada, seguía el movimiento de la mano. El tiempo pasa inexorable.
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