AMARGOS DESPERTARES
Cada amanecer
es una nueva vida.
Y cada atardecer
es una despedida.
Volvemos a nacer
cada mañana,
con la aurora otra vez
surge la vida.
La vida es un soñar
con muchos despertares,
amargos son los más,
los menos, dulces viajes.
Un dulce despertar
no es dulce despedida,
lo uno es … acabar,
lo otro, la bienvenida.
Agrio es el caminar,
agria es la vida.
Agrio es el despertar,
del nuevo día.
Quisiérame domir
y despertar mañana
sin el sueño febril,
sin la hiel en el alma.
Quiero un amanecer
limpio de espinas,
que perforan la piel,
dejando heridas.
Pero amarga es la hiel
cada mañana,
que nos ahoga de sed
y empapa el alma.
Valencia, 18 de enero de 2011
Querido amigo, rimas muy bien, tus poemas bien concebidos, siempre con belleza, pero van acompañados de forma muy frecuente, por nostalgias, tristezas,meñancolías; me gustaría que dieses más valor al lado bueno de la vida, y que recuerdes los maravillos momentos que disfrutas de muchas cosas de forma especial con tu nieto.
ResponderEliminarUn abrazo
El poema cuenta muy claramente lo que quieres comunicar, tiene ritmo, sin embargo me parece triste, los días deben ser sumados y vividos, nunca contar y restar. Los amaneceres son bellos no más que los atardeceres, el anochecer no es el final sino el que nos trae un día nuevo... No vivamos pensando que cada día vivido es uno menos que nos queda por vivir.
ResponderEliminarSaludos.
Querido Enrique imagino que consiste en ver el vaso medio lleno en vez de encontrarlo siempre, medio vacío.
ResponderEliminarYo prefiero pensar cada noche que la aurora me traerá un bello día, lleno de esperanza.
Hermoso poema.
Un beso.